Les compartimos la experiencia de un joven emprendedor, y su cambio de visión al dar el paso en el mundo de los negocios.
*Falta de preparación emocional: los emprendedores solemos prepararnos para el abastecimiento de productos, reserva de fondos para gastos inesperados, alguna que otra emergencia, pero no tomamos en cuenta nuestra preparación emocional, tanto para el éxito como el fracaso. No preparamos nuestras emociones para experimentar el duelo de una pérdida, o bien la excitación abrumadora que conlleva el éxito temprano y de grandes dimensiones. Entonces empiezan las malas decisiones.
*Desprendimiento: es importante como emprendedor no vincular nuestra vida personal con el negocio, si bien parecen ir de la mano, generar expectativas junto a un negocio que nace puede ser riesgoso. Es como empezar a planear tener hijos, con alguien con quien sólo se ha tenido una primera cita. Uno de mis grandes problemas fue alinear mis intereses y crecimiento personal con la empresa, de tal forma que al estancarse él, de la misma forma mi vida parecía detenida. Por lo cual es importante que todo emprendedor marqué líneas claras entre el negocio y sus expectativas de crecimiento personal.
*Hay factores que no podemos controlar: soy de esa clase de personas que quiere controlarlo todo, y al emprender es inevitable que existan factores fuera de nuestro control. El desgaste de asumir un control absoluto termina por aniquilarte. Un claro ejemplo es la situación económica, el cambio de tendencia de los consumidores, podemos asumir acciones para contrarrestarlo pero nunca podremos detenerlos. Es necesario como emprendedor comprender que hay factores dentro del contexto empresarial, que hasta al mejor le hacen una mala jugada.
*No somos sabelotodos: como emprendedor somos parte de cada decisión de nuestra empresa, pero es importante dejar en la manos de expertos aspectos como el diseño, publicidad, maquinara, no podemos asumir el conocimiento de todo. Es primordial escuchar y buscar opiniones. Y no una, sino todas las que sean necesarias.
*No te quedes con dudas: un emprendedor debe alzar la voz, si bien somos nuevos en muchas áreas, no conocemos los proveedores, o bien nunca hemos tratado por ejemplo con un arquitecto. Debemos recordar que ellos nos brindan un servicio y como tal tenemos derecho, a preguntar, a cuestionar, a exigir un mejor precio, a buscar mejores opciones. El miedo que algunos grandes expertos puede generar nos hace pequeños. A final de cuentas esta puede ser la gran oportunidad de tu vida, así que darle 2 o 3 vueltas a un mismo asunto no esta de más. Uno de mis grandes problemas fue eso, asumir que todos los proveedores eran confiables, no cuestionar, no pedir mejores opciones, no exigir resultados.
*Date el tiempo: muchas veces estamos frente a la gran oportunidad de emprender, y es ese momento o nunca, pero si algo he aprendido es que las grandes decisiones llevan su tiempo. Es importante analizar todos los aspectos antes de lanzarse. Si bien hay ofertas que parecen únicas, muchas veces se tratan de ofertas disfrazadas. No darse el tiempo puede ser una factura de alto costo.